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Diferentes matices, un buen sabor

Domingo, 09 Abr 2017    Texcoco, Méx.    Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo           
Juan Pablo cortó una oreja y dio vuelta tras fuerte petición de otra
Al final de la tercera corrida de la Feria de Texcoco, el público abandonó el coso “Silverio Pérez” con un buen sabor de boca al poder apreciar diferentes matices a lo largo de una tarde entretenida y en la que Juan Pablo Sánchez a punto estuvo de salir a hombros, pero el palco de la autoridad le negó una oreja que fue solicitada con fuerza luego de lidiar al sexto ejemplar.

Y es que el hidrocálido había paseado ya un apéndice del primero, al que le cogió bien el aire para conseguir torear fundamentalmente con la derecha en muletazos de pulso y que tuvieron despaciosidad, sin forzar de más a un toro de Torreón de Cañas que tuvo nobleza y fue pastueño, aunque quizá carecía de un puntito mayor de transmisión.

Delante del referido sexto, que no tenía gran fuelle, Juan Pablo aplicó naturalmente otro tipo de matiz en sus procedimientos y redujo distancias para pisar terrenos comprometidos. Así, poniéndose cerca de los pitones, mantuvo el interés de un trasteo en el que de a poco fue sobando al ejemplar para lograr pases de buen calibre.

La afición texcocana reconoció el esfuerzo del torero nacido en Aguascalientes y le pidió fuerte el trofeo pese a matar en la segunda oportunidad. Bronca al palco del juez de plaza por no otorgar la oreja y aclamada vuelta al ruedo para un torero que mantiene su caché y es de lo más interesante de la camada nacional.

Hablar de Enrique Ponce es poner sobre la mesa una serie de virtudes que son difíciles de hallar en un mismo torero. Junto a su elegancia natural, la técnica bien desarrollada es base para generar el brote de momentos con hondo calado artístico, aunado a su magistral entendimiento de los toros y a su puesta en escena con una coreografía que termina enamorando a los públicos.

Sin lograr el triunfo rotundo, hoy en Texcoco puso de manifiesto estos talantes. Supo dejarle puesta la muleta a su primero y extrajo su buen fondo de nobleza en trazos impregnados de su muy especial estética, siempre vertical y encajando los riñones al momentos de llevar las embestidas templadas. Como tantas veces le ha ocurrido en nuestra patria, la espada le privó de tocar pelo.

Los momentos más relevantes ante su segundo ejemplar ocurrieron cuando flexionando una de las rodillas ejecutó hasta en tres ocasiones el muletazo de su creación, la poncina, haciendo las delicias de una afición que estuvo muy cariñosa con él. Antes, ya había cuajado instantes en los que la chispa del arte hizo su aparición al poderle a un toro que tendía a calamochear, y si bien es cierto necesitó hacer uso del descabello (elegante, efectivo y muy al estilo del maestro Roberto Domínguez), la oreja fue a parar a sus manos.

En medio de estas dos historias de los toreros de a pie, el rejoneador potosino Rodrigo Santos se despidió de Texcoco y, de entrada, tuvo merito el haber cumplido con el compromiso pues apenas hace tres semanas sufrió en Teziutlán  la fractura de dos costillas.

Y aunque el triunfo no llegó para este espectacular caballista, sí que dejó momentos de relieve a lo largo de la tarde, como cuando llevó toreado al bravo castaño que abrió plaza y, a dos pistas, le fue cambiando los lados. De hecho, de no haber andado tan errático con el rejón de muerte, esta actuación hubiera generado petición de oreja.

Bajo los acordes de Las Golondrinas, y antes de lidiar a su segundo, algunos rejoneadores retirados salieron al ruedo con sus caballos para despedirlo con un emotivo “carrusel”, aportando ahora a la tarde el matiz de lo nostálgico. Entre los caballistas se encontraban Francisco Barona, Óscar Matchain, Karla Sánchez, Arturo Ruiz Loredo y Luis Pimentel.

La tarde contó también con las emociones que siempre aportan los forcados. Ahora, el grupo de Puebla echó pa´lante y, aunque fueron el segundo intento, realizaron dos pegas que les granjearon el reconocimiento de una afición que hizo la mejor entrada de lo que va de la feria.

Ficha
Texcoco, Méx.- Plaza "Silverio Pérez". Tercera corrida de la Feria del Caballo. Casi tres cuartos de entrada, en tarde agradable. Seis toros de Torreón de Cañas, muy bien presentados, de juego interesante, con distintos matices en su comportamiento. Pesos: 450, 480, 480, 490, 490 y 470 kilos. El rejoneador Rodrigo Santos: División y silencio. Enrique Ponce (azul turquesa y oro): Ovación y oreja. Juan Pablo Sánchez (nazareno y oro): Oreja y vuelta tras fuerte petición. Incidencias: Los Forcados de Puebla realizaron dos buenas pegas al segundo intento y fueron ovacionados. El público abroncó al juez de plaza por no conceder la segunda oreja a Sánchez. Destacó en la brega Gabriel Luna, de la cuadrilla de Ponce.


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