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Anecdotario de Giraldés: ¡Yo quiero ser torero!

Viernes, 02 Dic 2016    Tijuana, B.C.    Valeriano Salceda   
...El director repitió indicaciones. Apareció la vaca en el ruedo...
Tendría Manolete unos catorce o quince años y estaba decidido a ser torero. Solamente había toreado en tentaderos y en algunos festejos de muy escasa importancia. Llegaron a Córdoba los artistas y los técnicos que trabajaban en la filmación de "Rosario la Cortijera". El tema de la película exigía que aparecieran lugares muy conocidos de la ciudad, sin faltar una cortísima escena taurina que debía filmarse en la Venta de Vargas.

El director de la película, José Buchs, solicitó a un amigo suyo, muy aficionado a los toros, que le recomendara a un joven capaz de enfrentarse a una vaca grande y bien armada. Al día siguiente, Buchs conoció a Manolete. En seguida le explicó: "Mira, chaval, lo único que tienes que hacer es darle a la vaca tres o cuatro capotazos, pasándotela lejos porque la vaca debe ser muy grande. Cuando yo lo indique, te retiras, porque, vuelvo a decirlo, la vaca debe ser muy grande y si te lastima, puedes buscarme un problema muy serio. Vas a ganar 150 pesetas y saldrá tu nombre en los créditos".

El día esperado, Manolete y sus dos mejores amigos salieron de Córdoba muy temprano. Llegaron con anticipación a la Venta de Vargas; esperaron mucho tiempo para la filmación de la dichosa escena.

El director repitió indicaciones. Apareció la vaca en el ruedo, con muchos años encima, muy grande, muy astifina. Manolete dio unos cuantos capotazos de tanteo y escuchó la voz del Buchs: "¡Ya está bien, chaval, retírate!".

Pero Manolete no le hizo caso y siguió toreando. Empezó a pasarse muy ceñida a la vaca, al tiempo que el director volvía a gritar: "¡Anda, ya, sal del ruedo, es suficiente!" Manolete no hacía caso y entonces los gritos de Buchs se convirtieron en insultos: "¿No me oyes, chaval; estás sordo? Deja ya a la vaca y vete a…!"

Cuando Manolete se hartó de torear se retiró al burladero, y a su paso le caían los insultos del director y de quienes querían quedar bien con él.

Al salir de la plaza, uno de sus amigos le dijo un tanto contrariado: "Hombre, Manolo, le hubieras hecho caso al señor director, mira cómo se ha cabreao. Además, nos ha corrida de muy mala manera y no has cobrado…"

Manolete, con su raza de siempre, le contestó: "¿Y tú crees que a una vaca tan buena le iba a dar yo sólo tres capotazos? ¡Yo quiero ser torero!"


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