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Cristian Antar muestra su otra pasión

Viernes, 22 May 2020    Monterrey, N.L.    Martín Banda | Foto: Prensa CA   
La equitación forma parte de la vida diaria del novillero mexiquense
El receso que ha tenido la actividad taurina a causa de la pandemia mundial por el coronavirus le ha permitido al novillero mexiquense Cristian Antar retomar un poco su gusto por la equitación y el salto de altura, las cuales reconoce son "su otra pasión en la vida".

Actualmente radica en León, Guanajuato, donde se le ve montar y entrenar en el cortijo Campo Alegre.

"Desde que tenía seis o siete años he montado, siempre me llamaron la atención los caballos, igual que los toros, por eso los considero también como mi gran pasión", dijo el novillero.

Mientras daba un recorrido de reconocimiento a la pista para realizar los últimos saltos del día, Antar recordó que en su infancia sus padres le hacían sus fiestas de cumpleaños en donde los caballos siempre estaban presentes.

"Ya después me inscribieron a las clases en el Centro Nacional de Equitación, en el Estado de México, en el que estuve mucho tiempo en las clases y participando en los concursos de salto. Este era de un jinete llamado "El Capitán Izquierdo", que fue a los Juegos Olímpicos y sus hijos Fernando y Juan Fernando fueron quienes me enseñaron a montar.

Ahora que estoy viviendo acá en León tuve la oportunidad de volverlo a retomar porque me había alejado un poco por los toros ya que no tenía ni oportunidad ni tiempo, pero con todo esto que estamos viviendo se me dio la oportunidad de volver a montar", agregó Antar.

Como todo jinete, Cristian comenzó desde las pruebas básicas "desde abajo" y llegó a saltar en los entrenamientos hasta la prueba de 1.40 metros de altura, pero en los concursos su fuerte era la de 1.20 metros.

"Cuando participaba en concursos si llegué a ganar premios, ahí se premia por día, gané varias veces y eso me gusta mucho, espero también pronto volver a competir por ahí algún día".

Señaló que en su casa nadie más monta a caballo, pero como esto le gustaba desde niño, sus padres siempre lo apoyaron, incluso inscribiéndolo en el centro de equitación.

"Al principio me prestaban los caballos en las clases para entrenar, pero ya después tuve oportunidad de tener dos caballos, uno de nombre "Sevillano" que era un pura sangre y el otro "Audaz", un ápendix que es la cruza de pura sangre con cuarto de milla, los cuales luego vendí. Ahorita solo tengo uno, se llama “Aradol” y es de raza appaloosa, tiene las ancas en blanco y el color es café", comentó.

El ahora novillero de 23 años señala que la equitación es como el toro, requiere de mucho entrenamiento diario para poder hacer un buen binomio con el caballo.

"Necesitas entenderlo y que igualmente que él te conozca, son animales muy inteligentes y que te sienten si le tienes miedo. Igual que en el toro, hay muchas cosas que se parecen como que debes de estar tranquilo y que, si se espanta, tú tienes que darle la calma. Me ha servido para los toros, entenderle un poco a los animales", dijo.

Pero andando en la equitación, Cristian se ha sentido atraído por el rejoneo, dice que, de acuerdo con la historia taurina, "El Ciclón" Carlos Arruza fue además de un gran torero, un rejoneador al que siempre ha admirado.

"Siempre me ha gustado también la parte del rejoneo, pero no he tenido por ahora la oportunidad de intentarlo, porque es un poco complicado tener tantos caballos para hacerlo bien. Ojalá algún día se me dé la oportunidad y lo pueda hacer porque sí tengo ganas de mezclar esa parte de caballos y los toros.

Esto de la equitación y el salto ecuestre es un mundo diferente, un mundo muy padre. El ambiente es puro deporte, necesitas tener mucha disciplina y dedicarle muchas horas de dedicación y entrega a los entrenamientos. Aquí en este cortijo paso horas muy a gusto, tiene caballerizas, yo mismo adapté la pista y puse los obstáculos para poder saltar, durante este tiempo que no hay nada en el toro", agregó.


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