A lo largo de este ciclo de corridas que se desarrollo en la plaza de Acho, solamente se cortaron cuatro orejas: dos de Andrés Roca Rey en la tarde del domingo 3 de noviembre; una de Paco Ureña el domingo 10, y una más, ese miso día, que fue a parar a manos de Joaquín Galdós.

Asimismo, en la corrida de ayer, Sebastián Castella cortó sendas orejas, pero sin tener la oportunidad de cuajar una gran faena, como corresponde para tomar la decisión de hacerse acreedor a tan codiciado trofeo que comenzó a entregarse en 1947, y cuyo primer galardonado fue el mexicano Luis Procuna.

Por otra parte, ningún toro reunió las condiciones necesarias de bravura y calidad para adjudicarse el Escapulario de Plata, siendo un remiendo de la ganadería salmantina de La Venta del Puerto el que contó con algunos votos pero sin llegar a reunir los suficientes para haberse llevado el trofeo.

Este ejemplar se lidió en la corrida del domingo 10 de noviembre y tocó en suerte a Paco Ureña. El toro se llamó "Pescadilla", número 82, negro, con 513 kilos. Se trataba de un sobrero de una corrida de este hierro lidiada el año anterior.

Por su parte, y aunque no entra en liza, el novillero peruano Óscar Quiñones se convirtió en el máximo triunfador de la Feria del Señor de los Milagros al haber cortado un total de tres orejas en su primera actuación, el domingo 20 de octubre en una de las novilladas de preferia. Al domingo siguiente sumó una segunda tarde, en sustitución del mexicano Diego San Román, que todavía convalece de una lesión de espalda, aunque en dicha ocasión no cortó orejas.

El hecho de declarar "desiertos" ambos trofeos, no sucedía desde el año 2013. Con anterioridad, también ocurrió en 1980, 1989, 1993 y 2007, respectivamente, en los 74 años de historia de la Feria del Señor de los Milagros.