Punto y aparte del polémico tema de la gasolina, el comentario generalizado en la plaza fue que no se tiene memoria de una entrada como la de hoy, en el día grande de la ciudad de León. Podríamos pensar que la coyuntura social y económica de este momento (aunque haya quien diga que no existe) tiene, como en otras actividades, su impacto en la Fiesta, aunque quizás deberíamos llevar el análisis más allá. O no.

Factores externos aparte, el triunfador del festejo fue Arturo Macías, que le cortó una oreja al cuarto toro de la corrida, justo de fuerzas y al que entendió toreándolo a media altura, además de aprovechar un buen lado izquierdo. No conforme con el resultado, regaló un séptimo, al que recibió con una larga cambiada de hinojos. El toro fue de más a menos y resultó deslucido, lo que no impidió que Arturo buscara el triunfo con detalles que gustaron mucho al tendido, logrando mantener el interés e intentando suplir la falta de transmisión de las embestidas. Tras un pinchazo dejó una estocada arriba y logró el segundo trofeo para su espuerta.

Al que abrió plaza lo toreó a gusto con el capote, tanto en el recibo como en el quite, y con la muleta estructuró una faena medida, acorde al buen estilo de las embestidas, a las que faltó un punto de transmisión. Falló con la espada y fue aplaudido tras escuchar un aviso.

Arturo Saldívar estuvo a punto de obtener un triunfo importante en el octavo del festejo, de regalo, y que fue el que en conjunto dio el mejor juego del encierro de Boquilla del Carmen. Inició la faena de muleta de manera vibrante, y pronto se dio a estirar la mano para aprovechar la movilidad que mostró el toro por ambos lados. En el momento álgido de la faena, y cuando la gente se aprestaba para sacar los pañuelos pidiendo el indulto, en un momento el toro levantó del suelo a Arturo, y tras este momento el toro cambió de lidia y se fue definitivamente hacia tablas, incluso volviendo contrario. Tras un pinchazo hondo tuvo que descabellar y se esfumó la posibilidad de algún trofeo. Escuchó palmas tras un aviso.

El primero de su lote tuvo un lado izquierdo potable, al que supo aprovechar en series cortas, acorde a las condiciones del toro, que acabó en tablas. El momento más intenso fue una dosantina ligada con el de pecho, aunque no pudo tocar pelo tras fallar con la espada. En el quinto se gustó a la verónica, aunque en la muleta el toro cortaba las embestidas y careció de clase. Los mejores momentos los consiguió Saldívar por el pitón izquierdo. Tras pinchazos y un descabello fue silenciada su labor.

Y quien cayó de pie en su debut en esta plaza fue Antonio Catalán "Toñete", que partió plaza desmonterado, como corresponde. Estructuró una buena faena en el tercero, con el que dejó detalles con el capote. En el último tercio, tras apenas un par de pases de tanteo, se dio a torear por derechazos con la figura relajada, donde quedó evidenciada la gran clase que atesora. A partir de ahí la faena subió en intensidad, aunque al final el mal uso del acero lo privó de obtener algún trofeo, que lo tenía más que ganado, y todo quedó en palmas.

El sexto, de salida, se estrelló muy fuerte en el burladero de matadores, y pareció quedar lastimado del encontronazo, ya que movía de manera descoordinada las patas traseras. Fue picado y finalmente permaneció en el ruedo, llegando con embestidas ásperas y perdiendo las manos al último tercio. En otra faceta, Toñete sacó los muletazos de uno en uno, en una faena riñonuda y que fue reconocida por el tendido. Dejó un espadazo caído y perpendicular y escuchó una ovación desde el tercio. Sin duda dejó una impronta positiva.