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El caso del toro Ferdinando

Viernes, 16 Mar 2018    Morelia, Mich.    Quetzalcóatl Rodríguez | CC Tres Marías   
...causando las supuestas cóleras y rabietas del general Franco...
Munro Leaf decidió escribir un cuento en 1935 sobre un toro pacífico para que su amigo Robert Lawson lo ilustrara. Más tarde ya estaba lista la historia, y tan sólo unos días después el cuento se había publicado. Una vez en la calle, con el titulo "El toro Ferdinando", se desencadenó la polémica en España en plena Guerra Civil, y algunos militares decían que era una sátira en contra de la guerra.

En tercera persona y con una prosa llena de lirismo e imágenes que evocan la dehesa, los campos castellanos y, después, el bullicio de la plaza de toros, el narrador nos presenta a Ferdinando, un toro que vive feliz en la pradera. Pero Ferdinando no es un toro como los demás: él es un toro sensible y nada beligerante, al que le gusta oler las flores sentado a la sombra de su encina preferida.

La compañía cinematográfica de Walt Disney también realizó un cortometraje sobre el toro que fue galardonado con un Óscar por la Academia de Hollywood en 1938, hace ochenta años, y bien cabe recordar que el gran emporio de los dibujos animados históricamente se nutre tanto de modelos narrativos y tradición literaria, como de préstamos sonoros e influencias visuales para la producción de películas del canon WDFA –Walt Disney Feature Animation–, magistrales reinterpretaciones en sintonía de la cultura anglosajona.

Ante esta circunstancia, el escritor Henry Girox hace el siguiente énfasis: "Disney y la cultura Disney impregnan nuestras vidas buscando no sólo entretener sino también educar en determinados valores relacionados con el respeto a la autoridad, la jerarquización social, el papel central de la familia nuclear tradicional y el mantenimiento de la ideología patriarcal".

El relato de Ferdinando continúa cuando un día llegan unos hombres que buscan reses bravas para una corrida en Madrid. Ferdinando se retira, ajeno a las muestras de bravura que daban los demás toros, dando cornadas a diestra y siniestra para cumplir el sueño de ser elegidos para la plaza, pero, cuando Ferdinando se dispone a oler las flores bajo su encina, se sienta encima de una abeja que, por supuesto, le pica, produciéndole un dolor espantoso y transformando a Ferdinando en un toro enfurecido, dando también cornadas aquí y allá como el resto de sus compañeros, pero con una bravura inusitada. Los hombres creen que han encontrado al toro más fiero y deciden llevárselo a torear a la plaza. Durante la corrida, Ferdinando se niega a embestir, y tienen que devolverlo a la querida pradera en la que vuelve a ser feliz sin pelearse con nadie, oliendo sus flores sentado bajo su encina.

Ahora bien, ¿fue realmente censurada "The Story of Ferdinand" en España? La filóloga e investigadora Montse Pena Presas afirma que no fue prohibida de facto; sin embargo, en atención a los cánones franquistas, pasó por llevar una adaptación y no una traducción. Así, el lector encuentra que la corrida de toros ya no transcurre en Madrid como muestran los carteles creados por Lawson en el original, sino que ahora el texto la traslada a la ciudad de Monterrey (México).

Para la investigadora referida, uno de los aspectos que más variaciones sufre es el relacionado con el género, ya que la madre deja a su hijo ser feliz debajo de su árbol preferido. La madre, bastante ausente en la versión original, se vuelve en la versión española un paradigma de moralidad que intenta cambiar el rumbo [amaneramiento] de su hijo, situación de la que Pena Presas infiere lo siguiente: "La transformación responde a un ideal de maternidad que no busca la felicidad de su pequeño, sino que más bien busca que sea igual a los demás, sin tener en cuenta sus propias características". Es algo así como la negación de su propia identidad.

Muchos son los dimes y diretes en torno a las connotaciones políticas de este personaje, ya sea desde elucubrar aromas izquierdistas, hasta teorías de conspiración, causando las supuestas cóleras y rabietas del general Francisco Franco, e idénticas reacciones de Hitler–, pero ya sea el crítico o simple aficionado, no podrá perder de vista la historia del toro "Civilón" de la ganadería de don Juan Cobaleda y que, precisamente, unos días antes de la publicación de la historieta, aparecía en la revista española "Estampa" un toro de lidia junto al siguiente titular: "Lo ha domesticado la niña de siete años Carmelita Cobaleda, terror de los demás toros, a los que ha acobardado Civilón, se deja en cambio, acariciar por cuantos desconocidos llegan a la ganadería".

En conclusión la historieta "El toro Ferdinando" cumple a la perfección con su doble función como medio educativo y de entretenimiento para el público infantil, a quien va principalmente dirigido. No obstante,  la coincidencia de "Civilón" y "Ferdinand" en el tiempo y el espacio es sorprendente. 

Bibliografía:

"Estampa", Revista Gráfica, año 9, Nº 426, 14 de marzo de 1936.

Giroux, Henry. "El ratoncito feroz: Disney o el fin de la inocencia", Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Madrid, 2001.

Leaf, Munro & Disney, Walt. "El toro Ferdinando", Editorial Tor, Buenos Aires, 1942.

Pena Presas, Montse. "La censura en España de The story of Ferdinand de Munro Leaf y
Robert Lawson", en Revista Prohibido leer:  la censura en la literatura infantil y juvenil contemporánea, 2016, pp. 95-104.


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