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Un toro bravo... para un torero bueno

Sábado, 06 May 2017    Aguascalientes, Ags    Juan Antonio de Labra | Foto: LM          
Diego Urdiales cuajó al bravo "Castañuelo", de Montecristo
No podía marcharse Diego Urdiales de Aguascalientes sin sacar lo que lleva en el alma. Y por fortuna, regaló un sobrero de Montecristo que fue bravo, exigente, y con el que el riojano se dejó la piel en una faena de esas que cautivan, tanto por su forma como por su fondo.

Dicen que antes que torear hay que lidiar, y lo cierto es que Urdiales así lo hizo. Era consciente de que "Castañuelo", de Montecristo, no le iba a regalar ninguna embestida, sino que tenía que poderle, hacerse de él desde el comienzo de la faena y, luego, liarse a torear con sentimiento. Sólo así iba a trascender.

Y cuando se puso la muleta en la zurda, el toreo de Diego brilló con luz propia en series de mucha intensidad, sobre todo porque el toro tendía a volverse sobre las manos si no se le llevaba largo, cosido a los vuelos del engaño. Y así, uno a uno, se desgranaron esos tersos naturales, de planta firme y pecho henchido, ahí donde latía ese corazón torero que se ha fraguado en los avatares del sufrimiento.

En esta feria de alto nivel, donde la raza de los toreros ha tenido relieve, y se ha visto torear muy bien, la faena de Urdiales alcanzó una cuota especial, porque fue ante ese "Castañuelo" que legitimó lo que es el concepto de bravura, de la que nace la emoción y siempre tiene un fondo de agradecida nobleza cuando se le hacen bien las cosas.

Porque ciertamente, Diego no había podido mostrarse en ninguno de los dos toros anteriores. Al que abrió plaza, si acaso le dio algunos ayudados reunidos y tersos; al reservón y huidizo cuarto, nada. Pero luego vendría ese "Castañuelo" con el que Urdiales se sublimó, recio, personal, profundo e inolvidable.

La corrida había tenido otros dos toros buenos, los que cayeron en el lote de Paco Ureña, que tuvo una actuación de menos a más, pero sin llegar a reventar aquello como debía, pues estando bien no consiguió cautivar tanto el público, destacó en su variado toreo de capote, pues el murciano ejecutó un ajustado quite por saltilleras y más tarde llevó un toro al caballo por tapatías, y eso se agradece.

Pero lo que hubiese tenido mucho más mérito, hubiera sido salir de la plaza con tres orejas en la espuerta, y el convencimiento de haber trascendido a otra escala, la del entendimiento de que el toro mexicano hay que consentirlo y darle confianza para que saque todo su potencial, en series de largo metraje, como las que atesoraba el segundo de la tarde, que tuvo clase.

El quinto fue muy noble y Paco lo toreó con más emoción que al toro, en una faena vistosa que calentó el ambiente. Siempre será digno ver su esfuerzo, con esa figura desgarrada y aparentemente frágil, que sale a torear con su autenticidad, aunque no siempre consiga el impacto deseado.

A Juan Pablo Sánchez también le tocó un lote sin fondo, compuesto por dos toros que no ofrecieron ninguna posibilidad de lucimiento. El torero de casa se afanó en agradar, toreó con su habitual temple al sexto, pero sin poder redondear faena alguna. Y fue triste que no consiguiera el triunfo tras haber firmado una tarde importante, por seria y valiente, durante su primera comparecencia.

Al final de la corrida la gente salió feliz, con esa sonrisa que sólo se puede vislumbrar en el rostro de los aficionados cuando el toreo brota con tanta naturalidad, como la que invadió el redondel a través de la magia de esa muleta tersa, bien templá, con la que torea Diego Urdiales.

Ficha
Aguascalientes, Ags.- Décima corrida de feria. Media entrada en tarde calurosa. Siete toros de Montecristo (el 7o), bien presentados, de juego desigual, de los que destacó el lote de Ureña, así como el 7o., premiado con arrastre lento. Pesos: 481, 529, 533, 531, 535, 539 y 490 kilos. Diego Urdiales (sangre de toro y oro): Ovación, silencio y oreja en el de regalo. Paco Ureña (rosa y oro): Ovación en su lote. Juan Pablo Sánchez (lila y oro): Ovación y silencio. Incidencias: Destacó en varas Salomón Azpeitia.


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